AMOR/AMAR-ODIO/ODIAR

CONTIGO O SIN TI, CONMIGO O CON NADIE, SOLO MÍO/A, NI CONTIGO NI SIN TI (QUÉ BONITO ES SINTIGO Y NO EXISTE… ¿INVENTAMOS LA PALABREJA Y LA ACEPTAMOS COMO ANIMAL DE COMPAÑIA?). 

Ese ni comes ni dejas comer, de algunas relaciones de pareja acabadas, esas rencillas que se enquistan con el paso del tiempo, se hacen crónicas, no se dejan en el cajón del olvido y contaminan el alma. Sí, creo que la poseemos y no porque sea religiosa, que no lo soy, sino porque  me niego a creer que solo somos envoltura. Detrás de las personas hay algo más que piel y, sin embargo, muchos se empeñan en hundir en la miseria a quienes una vez dijeron amar, como si NO TUVIERAN ALMA, como si, en realidad, la palabra AMAR se les hubiese quedado demasiado grande o se haya podrido con el gusano de la inquina y la rabia, convirtiéndose en basura/odio/mezquindad.

Lo veo a diario, en las separaciones, en los divorcios, en los dramas de parejas que una vez dijeron amarse y, aun rehechas las vidas de ambos miembros de la destrozada unión, siguen echándose mierda el uno al otro. Lo he visto en mi familia y en amigos. Reclamar cinco euros por un libro cuando una semana antes la otra persona había ido generosamente a colgar un cuadro o a reparar un grifo que pierde agua, bloquear a uno de ellos para que no pudiese comunicarse con sus hijos o, en caso de parejas sin descendencia, convertir su supuesta historia de amor en una auténtica farsa.

Decir hoy «te amo» y mañana «te odio», es reconocer que nunca hubo verdadero amor.  Siempre he afirmado que no conozco qué es amar más allá de ese profundo sentimiento hacia mis hijas, que no he amado a mi pareja como creo que debería amarse, pero nadie me va a hacer comulgar con ruedas de molino pues, quienes afirman haberlo hecho, no pueden luego contradecirse arremetiendo con odio y crueldad y queriendo hacer sangre a quienes una vez amaron. Es un contrasentido y es hipócrita e incoherente.

Es por ese motivo, por el que yo prefiero creer que no he llegado aún a amar a un hombre, con ese amor infinito que se supone que, una vez experimentado nos llevará con el tiempo a la ternura y el cariño, cuando nuestros días toquen a su fin y queramos cruzar al otro lado con esa persona que nos ha llenado, que ha llenado nuestros días de dicha, pese a los avatares de la vida, los dramas, las pérdidas y las tristezas. NUNCA, NUNCA, EL AMOR PUEDE LLEVAR AL ODIO. Esa dicha se  halla siempre, incluso en los días más negros, más tristes, más melancólicos, pues está en secar una lágrima, poner el hombro, dar la mano, acariciar y hacer sentir al otro especial, pese a sus achaques y arrugas. Esa sonrisa que acuna el dolor y la tristeza, que consuela, que arropa, eso es AMAR.

No me puede decir que amó, aquel que hoy odia a la persona que lo fue todo. No me puede decir que amó, quien no quiere que el otro sea feliz sin él. Porque mi concepto de AMAR es GENEROSO, SINCERO, AMABLE, COHERENTE, ALTRUISTA, LIBRE, INCONMENSURABLE…, es dejar crecer, experimentar, ser uno mismo, no querer cambiar al otro y elegir siempre a esa persona por encima de todo y de todos, por encima del qué dirán, de si esa persona amada es mejor o peor y nos conviene o no, a los ojos de resto de la gente. Me quedo con una frase de una de mis películas favoritas, MEJOR IMPOSIBLE (1997), protagonizada por una pareja con química, Jack Nicholson y Helen Hunt: «TÚ HACES QUE QUIERA SER MEJOR PERSONA».

Os dejo la escena completa. POR FAVOR, NO DEJÉIS DE VERLA…